¿Y si me despido de mi corazón?
¿Y si deseo cambiar de piel?
¿Qué pasará si te borro de mi mente?
¿Un mar de recuerdos olvidados?
Y si de esos recuerdos,
que hicieron que mis días
decidieran sumergirse en espinas,
y convertirse en lágrimas encarceladas,
de las cuales ya no tengo recuerdos.
Nunca quisiste escuchar,
utilizabas pretextos como tapones,
te tapabas los ojos con cuervos negros,
y hablabas con voz amarga,
hasta el día en que
tus dientes
terminaron de comerse mis sentimientos,
y en vez de utilizar la pintura de mi voz
para ocultar el quebranto de mis lágrimas,
decidí quemar los libros que me unían a tus palabras.
He roto las ventanas del encierro,
y ahora volveré a la laguna donde descansan
mis antiguas sonrisas.
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